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A dos días de las elecciones alemanas, la victoria de Merkel está asegurada.

Los últimos pronósticos sitúan en cabeza al CDU, con 13 puntos sobre un Partido Socialdemócrata (SPD) totalmente hundido y que obtendrá su peor resultado de la historia.

Hay poco lugar a la imaginación para los pactos: el progreso de la extremoderechista Alternativa para Alemania (AfD) solo podrá paralizarse con una nueva Gran Coalición o, en su defecto, un pacto entre Merkel y los liberales, para lo que tendrían los democristianos subir dos puntos y los liberales uno más. La otra coalición posible sería la denominada Jamaica, por los colores de su bandera. Consiste en un pacto entre CDU, Los Verdes y los Liberales (FdP). Sin embargo, estos últimos ya han dicho que ese pacto es «una fantasía», pues tienen sensibles diferencias con los Verdes en cuestiones de migración y energía.

La canciller alemana no descarta ninguna posibilidad y escucha atentamente a sus rivales en los debates, mientras se catapulta a uno de sus mejores resultados, aunque aún lejos de la mayoría absoluta, según los sondeos. A los socialdemócratas no les vino bien el debate de hace unas semanas entre Merkel y Schulz a tenor de las encuestas de intención de voto. Algunos medios alemanes le definen ya como «fiasco». Solo un 37% querría que fuese canciller, frente al 57% de Merkel.

Refugiados y seguridad

Un Bundestag más fragmentado que nunca será la consecuencia de una Europa que, desde el Brexit, también lo está. Siguiendo modelos anteriores, Alternativa para Alemania ha contratado a la misma agencia que llevó la campaña electoral de Donald Trump y desde el viernes pasado Nigel Farage (UKIP) realiza una gira por Alemania junto con AfD.

Los temas centrales de campaña están siendo los refugiados y la seguridad, pero ambos líderes llevan en sus eslóganes principales referencias al bienestar social. «Por un país en el que vivamos bien» es el lema de los de Merkel, mientras que los socialdemócratas se decantan por «es tiempo para más justicia».

Las propuestas económicas también están entre sus promesas. Así, para CDU es importante que los jefes remuneren bien a sus empleados, pero quiere facilitar que no paguen tantos costes en seguros sociales por trabajador. Con unos datos de paro envidiables (6,5%) y a la cabeza de Europa en ocupación, Merkel promete pleno empleo para 2025, es decir, dentro de dos legislaturas. En la legislatura que ahora finaliza se han obtenido los niveles de desempleo más bajos desde la reunificación.

Los de Martin Schulz opinan, sin embargo, que «hay que financiar el trabajo en lugar del desempleo» y apelan a los desempleados a largo plazo para mantener sus subsidios sociales mientras se cualifican y reciclan para volver a entrar en el mercado de trabajo. Cosa que, a su juicio, ahora no está ocurriendo.

Una de las propuestas de los socialdemócratas es el llamado «ALG-Q» (partida de desempleo), con el que se doblará el tiempo que el Estado puede financiar a los desempleados mientras se forman y recortan las sanciones a los menores de 25 años que rechacen trabajos.

Reconocen, asimismo, que el modelo de economía social de mercado de Alemania es «un modelo de éxito». Para que esto continúe así, ambas formaciones ven importante redoblar esfuerzos económicos en educación, poniendo especial atención a la educación de las mujeres, para que puedan insertarse de forma igualitaria en el mercado laboral y cobrar los mismos salarios que los hombres. Actualmente la brecha salarial de mujeres respecto a hombres es del 21% en Alemania (algo más baja que en España, donde alcanza un 23,25%).

Medida clave de la Coalición

Una de las medidas más celebradas de la Gran Coalición ha sido la introducción en 2015 del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

Era una de las condiciones imprescindibles para el pacto entre los dos partidos políticos y en un año se ha revalorizado en 8,5 euros brutos por hora a 8,84. En el partido de Schulz, el SPD, sacan pecho de su puesta en marcha, mientras que en el de Merkel, el CDU también lo ven como un hecho positivo, pero quieren que se reduzca la burocracia de las empresas para que se lleve a cabo.

Actualmente no hay ningún mecanismo de control que regule que el SMI se cumple, pero según datos oficiales, ha supuesto la mejoría de los minijobs (ocupaciones menores en las que no se puede cobrar más de 450 euros al mes). Es el resultado de la Agenda 2010 que el canciller socialdemócrata, Gehrard Schröder aprobó junto con los Verdes. Ha supuesto una notable disminución de las cifras de desempleo, pero a cambio ha dejado más precariedad que ahora Martin Schulz quiere «corregir», según sus propias palabras. Merkel aboga por más flexibilidad laboral, mientras que el SPD quiere convertir los trabajos temporales en indefinidos.

En materia de impuestos, CDU aboga por la disminución de los mismos para que no haya tantas diferencias entre el salario bruto y el neto, también disminuir los impuestos a las empresas. El SPD pone el matiz en las familias monoparentales y aquellas con ingresos bajos, para que paguen aún menos que las rentas más altas.

Ambos coinciden en que la clase media debe ser la más favorecida en la reducción de impuestos. La burocracia, es uno de los impedimentos a las contrataciones de las empresas según los democristianos, por eso quieren que se aprueben menos leyes.

La «deuda cero», ha sido el leitmotiv de los Presupuestos Anuales de la Gran Coalición desde hace más de tres años. El ministro de finanzas, Wolfgang Schäuble, ha conseguido cuadrar los números hasta obtener superávit en tres ejercicios consecutivos. En 2016 se alcanzó un superávit de 23.700 millones de Euros, el más alto desde 1990, que supone un 0,8% del PIB total del país.

Todo esto a pesar del fuerte gasto que se ha realizado en la acogida de refugiados, sobre todo en 2015. CDU quiere saldar las deudas pendientes «lo antes posible» para poder bajar más los impuestos. También, quiere abolir el «impuesto de solidaridad», tributo que pagan todos los ciudadanos para compensar las todavía notorias diferencias entre los Estados federados del Este (mucho más pobres), respecto a los del Oeste.

Otro impuesto a eliminar, dicen, es el impuesto extra por la compra de vivienda, que debe ir acompañado de la construcción de nuevos edificios habitables. Esto hará, según sus cálculos, que disminuya el precio que se paga por cada piso. El SPD, aboga en cambio por unos precios de alquiler justos. Sobre la edad de jubilación, Angela Merkel ya dijo en el debate televisado que «no nos jubilaremos a los 70». Mientras que en su programa, el SPD lleva intentar un incremento de la tasa de reemplazo en lugar de una «frontera de edad».

Proeuropa

Con respecto a Europa, ambas formaciones son proeuropeístas. Merkel propone crear una Unión defensiva europea que defienda a las potencias de la Unión Europea que se vean amenazadas. «Para proteger la inmigración ilegal, se deben proteger las fronteras», dice el programa de CDU. Pero se deben establecer unas «reglas comunes» para el control de esta inmigración ilegal. Apelan también a la amistad que une a Francia y Alemania, que será «buena para la Unión Europea».

Sobre Turquía, expresan claramente que no puede ser miembro de la Unión Europea y que deberá ajustarse a sus reglas. El SPD de Schulz quiere que «el derecho de asilo permanezca intacto en el futuro» pero combatiendo en los países en conflicto las causas de la llegada de refugiados.

También, apelan a la amistad con Francia y dicen que, aunque Alemania realiza las tres cuartas partes de sus exportaciones a otros países de la Unión Europea y obtiene unas excelentes cifras macroeconómicas, no debe ser «un burro de carga del bloque comunitario, por eso, debemos combatir las causas del desempleo en los países del sur de la Unión Europea».

Fuente: eleconomista.es