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Ayer, miércoles, después de meses de espera, Mario Draghi comenzó las compras de bonos corporativos y lo hizo con la rentabilidad de la deuda de empresas por debajo del 1%, según los datos de Bank of America Merrill Lynch.

El Banco Central Europeo dio el pistoletazo de salida a su proyecto con la presión de lograr comprar suficiente deuda para dar credibilidad a su programa.

Para Bank of America, una de las consecuencias que vendrán ligadas a la nueva cesta de la compra de Mario Draghi será que el mercado de deuda corporativa con grado de inversión de la eurozona duplicará su tamaño en el próximo lustro:

«Asumiendo un crecimiento económico moderado durante los próximos cinco años, implicaría que en ese periodo las emisiones acumuladas podrían alcanzar en torno a los 2,5 billones de euros». De cumplirse las perspectivas del banco, el tamaño de este mercado alcanzaría los 3,5 billones de euros en 2021, el tamaño de la bolsa alemana.

Aún así, el equipo de análisis del banco estadounidense considera que las compañías europeas tienen potencial para ser más agresivas financieramente. Según sus cálculos, el apalancamiento neto medio de las firmas estadounidenses con grado de inversión se situó al finalizar 2015 justo por debajo de las 2,5 veces, frente a las 1,8 veces en las que se quedó en Europa. Así, el informe de la entidad recuerda que el mercado de crédito experimentó un crecimiento sin precedentes durante la era de la expansión monetaria de la Fed, incluso cuando las compras estuvieron enfocadas en bonos gubernamentales y bonos hipotecarios.

En lo que va de año, la renta fija ha sido la mejor opción para invertir que las bolsas, a pesar de que no son pocos los expertos que llevan meses avisando de que la deuda podría estar quedándose sin recorrido.

Además, la deuda gubernamental también se ha visto impulsada por Draghi. Si el martes el bono alemán a diez años marcaba un nuevo mínimo histórico y las referencias hasta nueve años se situaban en rentabilidades negativas, el miércoles fue el turno de la deuda española. De este modo, la rentabilidad del bono español a 10 años cerró la sesión ofreciendo un rendimiento del 1,428%, situándose en mínimos desde abril del año pasado, aunque aún lejos de los mínimos históricos marcados en marzo del año pasado en el 1,145%.

Fuente: eleconomista.es