El banco central de China ha reconocido que está pensando en emitir su propia moneda digital lo antes posible, y ha sorprendido a los inversores al reconocer que los sistemas alternativos de pago como bitcoin pueden mejorar la eficiencia de las transacciones financieras globales.
El emisor ya realizó un estudio acerca de las monedas digitales y de los escenarios en los que podrían ser útiles para la política macroeconómica. Y aunque no ha especificado qué tecnología piensa utilizar (la del bitcoin o la suya propia), ni cómo se fijará el tipo de cambio contra el yuan, el Banco remarca que sus planes son serios y que en ellos ha contado con la asistencia de Citigroup y Deloitte.
Poco a poco, los bancos han aumentado su tolerancia, y de hecho China se ha convertido en uno de los mayores mercados de bitcoin, gracias a la actitud positiva ante los intercambios realizados en bitcoin.
«Han reconocido las oportunidades que tienen las monedas digitales», afirma Zennon Kapron, director gerente de la consultora Kapronasia, en Shanghái. «Si tuvieran algo que el gobierno pudiera monitorizar y controlar, eso podría incorporarse a sus planes macro a mayor plazo».
Contra la fuga de capitales
Se estima que desde enero de 2015 hasta el pasado noviembre salieron de China 843.000 millones de dólares, y las autoridades quieren a toda costa inyectar fondos al sistema financiero para evitar verse obligadas a subir los tipos de interés en un contexto de fortísima desaceleración económica.
«Aún es prematuro predecir qué efecto tendrá la decisión del Banco Popular de China en la comunidad de bitcoin del país», afirma Wang Chun, que vive en Pekín y que es uno de los fundadores de F2Pool, el segundo mayor centro del mundo de minería bitcoin. «Podrían decidir permitir que su propia moneda digital coexista con el bitcoin, o sumarse al sistema ya existente».
Fuente: eleconomista.es