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El mercado se ha quedado con una sensación agria por los regalos navideños que ha traído Santa Draghi en esta ocasión. El Banco Central Europeo -BCE- ha decepcionado a los inversores, que esperaban que el presidente del BCE cumpliese y repartiese todos los presentes que se le solicitaron. Mario Draghi ha aumentado los estímulos, sí, pero lo ha hecho con cautela, sin disparar, ni mucho menos, toda la artillería monetaria de la que dispone. Esto generó una oleada de ventas en la bolsa europea, hasta caer en algunos casos como no lo hacía desde el 24 de agosto, el llamado lunes negro chino.

El economista italiano anunció este jueves que «debido a los mayores riesgos a la baja de la inflación, peores de lo previsto con anterioridad», el final del programa de compra de activos en la eurozona -QE- se retrasará hasta marzo de 2017, frente al plan de terminar en septiembre de 2016 que se mantenía vigente hasta ahora. También recortó la facilidad de depósito hasta el -0,3%, frente al -0,2% en el que se mantenía anteriormente y anunció que ampliará el universo de bonos que puede comprar el BCE, incluyendo ahora deuda regional y de ayuntamientos. Como hasta ahora, los bonos que compra la entidad deberán tener grado de inversión. Por último, destacó que se volverán a invertir todos los vencimientos de la deuda que ya se ha comprado.

En general, estas medidas estaban descontadas por los expertos, según la encuesta que llevó a cabo Bloomberg en la última semana de noviembre. Además, muchos analistas consideran que, debido a la promesa de más estímulos que se lanzó en octubre, los selectivos europeos se comportaron al alza, especialmente durante la semana posterior a los atentados de París. El mercado confiaba en las medidas de Draghi y ahora lloran al no sentirse complacidos. Entre otras cosas se barajaba que SuperMario aumentaría el ritmo de compras de deuda, al menos hasta los 70.000 millones de euros al mes, frente a los 60.000 millones actuales.

Simon Ward, economista jefe de Henderson Global Investors, explica que «el BCE no ha gestionado adecuadamente su estrategia de comunicación de cara a la reunión de ayer: Mario Draghi ha realizado diversas declaraciones y se ha filtrado que se estaban estudiando 20 tipos de medidas de estímulo, lo que ha hecho que los mercados anticiparan una decisión mucho más rotunda». Las causas que han podido llevar a SuperMario a no tomar decisiones más contundentes pueden ser, según el experto, que «se ha podido topar con una oposición liderada por Alemania ante las dudas sobre el argumento económico para implantar nuevos estímulos y las objeciones a la transferencia de ingresos de los bancos del núcleo de la región hacia los periféricos».

El recorte de la facilidad de depósito se descontaba, sobre todo por la necesidad del BCE de ampliar la cesta de bonos que puede adquirir -no puede comprar deuda con rentabilidad inferior al tipo de depósito-. Se barajaba que la reducción pudiera ser mucho más contundente, pero, como explicaba Bank of America en un informe publicado el 27 de noviembre, «teniendo en cuenta el fuerte aumento en las reservas de los bancos conectadas con el QE, el impacto de un fuerte recorte en la facilidad de depósito para los beneficios del sector no se debe ignorar». Para tratar de equilibrar esto Draghi destacó que continuará con «las subastas de liquidez a la banca el tiempo que sea necesario».

Fuertes ventas en la bolsa

El mercado recibió la decisión de Draghi con fuertes caídas, en algunos casos no vistas desde el 24 de agosto, cuando el miedo a la desaceleración de la economía china generó el llamado lunes negro.

No se recibieron los regalos esperados y el EuroStoxx terminó la jornada con una caída del 3,61% -la más fuerte desde el 24 de agosto-, cerrando en los 3.343,34 puntos. El Dax alemán y el Cac francés cedieron un 3,58% hasta los 10.789,24 y 4.730,21 puntos respectivamente. Por su parte, el Ibex cayó un 2,41%, volviendo al terreno negativo en el balance anual, en el que ya cae un 1,82%. Ahora, se mantiene en los 10.092,9 puntos y, como explica Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, «hay que vigilar que no se pierdan los soportes en 10.000 puntos o pasaríamos de ver una consolidación a una corrección que podría profundizar más».

 

Fuente: Eleconomista.com