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  • También se baraja que escalone la facilidad de depósito…
  • …y compre bonos de menor calificación crediticia

El próximo jueves, Mario Draghi vuelve a medir sus fuerzas con el mercado.

En la última reunión del Banco Central Europeo (BCE) en enero, el banquero anticipó que en marzo revisaría el programa de estímulos que mantiene en la eurozona, debido a un incremento de los riesgos de caer en deflación por la bajada del petróleo y la inestabilidad de la bolsa durante los últimos meses.

Este anuncio recordó al que llevó a cabo en octubre; en aquel momento, Draghi destacó que en diciembre revisaría el QE, algo que finalmente desembocó en un retraso del final del programa de compras de activos, además de un recorte en la facilidad de depósito -lo que cobra a los bancos por aparcar su dinero en el BCE-, hasta el -0,3%.

Pues bien, la situación parece destinada a repetirse, ya que, según la opinión de varios grandes bancos de inversión que han lanzado sus previsiones sobre qué hará Draghi el jueves, estos resumen que recortará aún más los tipos de depósito, dejándolos en el -0,4 o -0,5%, además de aumentar el tamaño del QE, en al menos 10.000 millones de euros más al mes, y quizá retrasará de nuevo el fin de las compras, hasta junio de 2017.

Estas medidas están orientadas a alejar definitivamente el peligro de deflación en la eurozona. Carlos Salvador, profesor de Cunef, explica que:

«las expectativas macroeconómicas del BCE sobre la zona euro distan de ser optimistas. Por un lado, la inflación se sitúa en niveles próximos al fantasma de la deflación, con un crecimiento de los precios en el 2015 del 0,2%, según datos de Eurostat. Esto supone un grave quebradero de cabeza para Draghi, porque cuestiona la credibilidad de su mandato, basado fundamentalmente en la estabilidad de precios en la zona euro».

Las nuevas medidas que se baraja que tomará Draghi pretenden apoyar a la eurozona a base de inyecciones de dinero, además de incrementar la presión a los bancos para que no aparquen sus fondos en el BCE, y empiecen ya a introducir liquidez en la economía real.

Sin embargo, el organismo quiere moverse con cuidado y no exprimir en exceso a los bancos, que ya se encuentran en una situación delicada por los bajos tipos de interés en la región -actualmente, en el 0,05%-.

Benoit Couré, vicepresidente del BCE, destacó el miércoles pasado que «está creciendo la preocupación de que nuestra política monetaria está generando un escenario cada vez más adverso para el sector bancario. Somos muy conscientes de esto y estamos controlándolo de forma regular, además de estudiar qué mecanismos se usan en otras jurisdicciones para mitigar estas posibles consecuencias».

Una de las medidas que podría tomar el regulador para quitar presión a los bancos es escalonar la facilidad de depósito, cobrando más a los que más dinero dejan en el BCE. Albert Enguix, gestor de GVC Gaesco, explica sobre esto que «el organismo está preocupado por el sector bancario, pues, en caso de reducir más la facilidad marginal del depósito, podría deteriorar más los balances de los bancos europeos».

¿Qué hará el mercado?

En diciembre, Draghi decepcionó al mercado con las medidas que adoptó, ya que se esperaba que aumentase la cantidad de deuda que compraba. Las bolsas europeas se mueven al son del BCE durante los últimos años y son exigentes con los estímulos. Rosa Duce destaca que «esta vez Draghi no quiere defraudar, por lo que, si se cumplen nuestras previsiones, deberíamos ver una respuesta positiva en las bolsas. Sólo incrementando las compras de deuda o elevando por igual la penalización de los depósitos no sería suficiente para mantener el apoyo de los inversores».