El Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra se han comprometido a apoyar a los mercados financieros de forma conjunta si el Brexit se termina produciendo, según fuentes a las que ha tenido acceso Reuters.
Si finalmente los británicos deciden abandonar la Unión Europea, «habrá que demostrar que se hará todo lo que sea necesario para mantener la liquidez adecuada en los mercados», ha explicado un alto funcionario del BCE, que prefiere mantenerse en el anonimato.
La promesa implicaría la apertura de las conocidas como líneas swap, es decir, crear una línea de crédito para que los bancos centrales puedan pedirse prestado entre ellos una cantidad determinada de dinero en divisas. Por ejemplo, si el BCE pide a la al BoE 100.000 millones de libras, a cambio el BCE le presta 120.000 millones de euros, que el Banco de Inglaterra retiene hasta que acaba el swap.
Este tipo de acuerdos y líneas de crédito no son nuevas. Durante los momentos más complejos de la última crisis financiera, los grandes bancos centrales del mundo mantuvieron abiertos estos canales para reducir las tensiones entre los agentes que intercambian divisas y flujos financieros.
Miedo al Brexit
Este tipo de instrumentos son esenciales para reducir el pánico potencial en los mercados financieros. De este modo, los bancos podrán digerir con mayor facilidad el resultado del Brexit. La volatilidad puede reinar en los mercados el viernes, y no sólo en los de divisas.
Estos preparativos ilustran el elevado grado de alerta de cara al referéndum del 23 de junio, después de que la libra y el euro se hayan depreciado en los últimos días frente a otras divisas de relevancia como el dólar o el yen japonés.
El Banco de Inglaterra admitió el mes pasado que la elevada incertidumbre por el resultado de la votación podría hacer más difícil a los bancos recurrir a sus fuentes habituales de divisas.
Reuniones en medio del referéndum
El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, se reunirá con el presidente del BCE, Mario Draghi, y el resto de banqueros centrales europeos el 23 de junio, es decir, el mismo día que los británicos deciden las futuras relaciones con la UE.
Por otro lado, el fin de semana que llega justo después del 23 de junio, los presidentes de los bancos centrales de medio mundo se reunirán en Suiza, con motivo del meeting anual del Banco Internacional de Pagos. Este organismo intenta coordinar a los bancos centrales del mundo, con el objetivo de lograr que sus políticas sean lo más eficientes posible.
Fuente: eleconomista.es