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El gobernador del Banco de Inglaterra (BoE), Mark Carney, ha asegurado este jueves que la institución tendrá que intervenir este mismo verano como consecuencia del Brexit. «Es probable que se requiera cierta relajación de la política monetaria durante el verano», apuntó. La reacción a estas palabras en el mercado ha sido inmediata, la libra cayó por encima del 1%, mientras que el selectivo español, el Ibex 35, subió casi un punto al término de una sesión que permanecía plana.

Mark Carney aseguró que probablemente rebajará los tipos de interés este verano como consecuencia directa del voto favorable a la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) en el referéndum del pasado jueves.

«Las perspectivas económicas se han deteriorado, por lo que probablemente se requerirá una flexibilización de la política monetaria durante el verano», aseguró Carney, quien añadió que no está prejuzgando el punto de vista de los demás miembros del Comité de Política Monetaria (MPC, según sus siglas en inglés). Puede leer el discurso completo aquí.

Así, durante su próxima reunión de política monetaria, que se celebrará el 14 de julio, el BoE ofrecerá una evaluación inicial de la situación tras el Brexit, mientras que será en la reunión de agosto cuando el comité discutirá «la gama de instrumentos» a su disposición y actualizará el cuadro de previsiones macroeconómicas.

Sin embargo, el responsable del máximo organismo monetario británico advirtió de los riesgos que entrañan los tipos de interés muy bajos o negativos. «Pueden impactar sobre la rentabilidad de los bancos y reducir la disponibilidad del crédito o, incluso, encarecer su precio medio.

Carney también ha considerado que las medidas puestas en marcha durante los últimos meses por el BoE y el ministerio de Finanzas para contener los efectos de la incertidumbre que ha provocado el Brexit, están «funcionando bien».

En este sentido, ha garantizado que «durante las próximas semanas» el supervisor británico tendrá en consideración una «amplia gama de medidas y políticas adicionales» para promover el intercambio monetario y la estabilidad financiera.

Cualquier relajación de las políticas del BoE será la primera medida adoptada en este sentido por la institución desde 2012, año en que amplió su programa de compra de activos. El tipo de interés más bajo adoptado por el BoE (0,5%) es precisamente el que ahora se plantea rebajar, lo que marcaría un nuevo récord histórico.

El BoE ha sostenido una y otra vez que el tipo de interés del 0,5%, vigente desde marzo de 2009, era su límite inferior, aunque la institución ya había dado señales de que podía llevarlo más cerca del cero.

«La incertidumbre incrementara el desempleo»

Carney también ha advertido que el mayor grado de incertidumbre, junto a unas condiciones financieras más duras, pueden postergar el consumo de los hogares y retrasar la inversión empresarial, «reduciendo la demanda de trabajo e incrementando el desempleo».

Además, añadió que existe el riesgo de que el abandono de la UE se contagie a la economía global a través de los mercados y los canales de confianza.

No obstante, el gobernador de la institución ha dicho que la política monetaria en solitario no puede compensar, «ni inmediata ni completamente», las implicaciones económicas del Brexit sobre la economía británica, por lo que ha indicado que deben ser otras autoridades las que formulen planes «más grandes».

«Nosotros perseguimos implacablemente la estabilidad monetaria y financiera», ha apuntado, para añadir que «realizará los ajustes necesarios para conseguir el pleno potencial» de la economía del país.

El mercado ya preveía la bajada

Lo cierto es que el mercado ya preveía que Reino Unido se viera forzado a bajar los tipos de interés en julio. Los inversores ya tenían una estrategia clara: adquirir bonos británicos a la espera de que el BoE se viera obligado a relajar su política monetaria.

Con la salida de Reino Unido de la UE, el escenario de recesión tomó cuerpo y el mercado otorgó ya una probabilidad del 53% a que su banco central actúe recortando los tipos de interés al 0,25% (desde el 0,5% actual) en julio, según Bloomberg. Nadie quiere perderse esta posibilidad y explica que las compras relajasen ayer el interés del bono británico a una década por debajo del 1% por primera vez en su historia. Hace unos días, el BoE ya salió al rescate del sector financiero tras el Brexit: desembolsó 3.100 millones de libras.

«Los mercados tienen miedo del impacto del Brexit no solo en Reino Unido, sino también en la zona euro», apunta Nick Stamenkovic, estratega de renta fija de Capital Markets en declaraciones a Bloomberg. Precisamente ese temor ha sido el que ha llevado a los inversores a refugiarse en la deuda pública (ver apoyo). «El riesgo de caer en recesión el próximo año se ha incrementado», continúa Stamenkovic y, por lo tanto, «el Banco de Inglaterra se verá obligado a tomar medidas adicionales».

«El Brexit podría conducir a la economía británica hacia una recesión técnica en el segundo semestre de 2016 y 2017 (entre el -1 y el -3%), debido a una contracción del consumo y a una caída en la inversión», señalan Norman Villamin y Patrice Gautry, de UBP. Su visión coincide con la de otros grandes bancos de inversión como Bank of America o Morgan Stanley, que apuntan a que obligará al BoE a aplicar una política monetaria más laxa.

«Una pronunciada devaluación de la libra empujará la inflación; pese a esto, y dado que la inflación está en niveles bajos, el Banco de Inglaterra optará por bajar los tipos al 0% para impulsar el crecimiento», opina Daniel Vernazza, economista jefe de UniCredit en Londres. Su visión coincide con la de José Ramón Díez, director de estudios de Bankia, que asegura que no se puede descartar que el BoE deje el dinero gratis.

Fuente: eleconomista.es