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  • EEUU ya está produciendo más de 9 millones de barriles al día
  • «Cuando el shale empieza a chorrear, nadie sabe lo que puede pasar»
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Un trabajador supervisa una perforación en un campo de petróleo. Reuters

La industria del shale vuelve a funcionar casi al 100% de su capacidad. La producción de petróleo en EEUU vuelve a crecer con robustez desde que tocase fondo en verano del pasado año. Ahora, los productores estadounidenses están bombeando de nuevo más de 9 millones de barriles al día (mbd), Bryan Sheffield, director de Parsley Energy asegura sacando pecho que «por cada barril que recorta la OPEP, los perforadores de EEUU están poniendo medio en el mercado».

Mientras esto ocurre, la Agencia de la Energía de EEUU ha previsto que en 2018 la producción de crudo alcance un nuevo récord histórico en el país con una media de 9,73 mbd, frente a los 9,21 mbd que se bombearán este mismo año.

La industria del shale ha vuelto y parece más fuerte que nunca. National Oilwell Varco, un proveedor gigante de maquinaria petrolera a nivel mundial, asegura que por primera vez en más de diez años están vendiendo más equipos para operaciones terrestres que marítimas.

Perry Taylor, CEO de Agility Energy (una firma de logística y transporte de la industria de petróleo y gas), explica a Bloomberg que les está resultando complicado encontrar camioneros para transportar la arena que se mueve de un lado a otro producto de la perforación hidráulica o fracking.

Incluso ofreciendo sueldos de 80.000 dólares al año, los puestos se cubren con muchas dificultades. «Es complejo, tenemos compromisos que va a ser muy difícil mantener porque no estamos consiguiendo los conductores que necesitamos».

Una expansión imparable

La industria del shale vuelve a expandirse ahora que la economía de EEUU se encuentra cerca del pleno empleo. Las empresas dedicadas a proveer de maquinaria y equipos a los productores de crudo tienen más problemas que en 201314 para encontrar trabajadores disponibles.

Aún así, las empresas están deseosas de crecer y expandirse, aunque el crudo esté muy lejos de los 100 dólares el barril, los avances tecnológicos están ayudando a los productores y perforadores a rentabilizar un mayor número de pozos. La clave es perforar rápido y de forma inteligente.

Joseph Triepke, fundador de la empresa de investigación Infill Thinking, asemeja el ansia de las empresas de shale con el de «un grupo de personas hambrientas cuando les enseñas un buen filete de ternera colgando».

La reducción de costes y los avances han hecho que muchos campos de crudo, antes denostados, ahora parezcan ese jugoso filete del que habla Triepke. Sobre todo llama la atención el interés de los operadores por la Cuenca Pérmica, situada al oeste de Texas y Nuevo México, porque la composición del suelo y la localización del crudo facilitan la extracción a bajo coste.

Las nuevas estimaciones y cifras de producción de la cuenca Pérmica la sitúan en condiciones de convertirse en el primer megayacimiento de petróleo, superando al campo de Ghawar de Arabia Saudí. La consultora IHS proyecta que hay 104.000 millones de barriles recuperables en la región, casi un 30% más que en el subsuelo saudí. Según algunas compañías, los costes de producción han bajado a 25 dólares y han reducido el tiempo de perforación en 20 días.

La producción de oro negro en EEUU ha crecido a un rito de 125.000 barriles diarios al mes desde septiembre, un ritmo más rápido que el de la última gran expansión del crudo, antes del desplome de los precios entre 2014 y 2016.

Los 65 dólares son los nuevos 100

Ahora, el gasto en exploración y producción en EEUU y Canadá están aumentando a un ritmo cuatro veces superior al del promedio del resto de países productores. Galitzine, CEO del proveedor de oleoductos TMK Ispco, explica que «cada vez se siente mejor… cuando enciendo el ordenador veo que tengo que contratar a más gente».

Este experto destaca que «cuando el petróleo estaba en 100 dólares, mirar a los 50 era algo que daba mucho miedo, ahora que los costes se han reducido en toda la cadena de suministro, podemos decir que los 65 dólares son los nuevos 100 dólares el barril».

Bryan Sheffield sostiene que los productores de shale se ven con fuerzas, quieren aprovechar el rally del crudo desde que la OPEP sellase el acuerdo para recortar la producción en noviembre de 2016: «Si los campos de shale comienzan a chorrear petróleo, entonces quién sabe lo que pasará con el precio».

En la sesión presente, el barril de West Texas cae alrededor de un 0,7% hasta los 55,5 dólares la unidad. Por su parte, el barril de Brent, de referencia en Europa, corrige más de un 0,8% hasta los 52,7 dólares la unidad.

Fuente: eleconomista.es