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  • El impacto inicial de la devaluación presagiaba una recesión mundial

 

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En 15 meses el yuan chino se ha depreciado más de un 8% y a pesar de todos los miedos que ha mostrado el mercado en los últimos meses sobre la delicada situación del gigante asiático y los efectos que tendría la caída de su divisa en el comercio mundial, la economía planetaria no ha temblado.

A principios de año se llegó a hablar de una recesión mundial debido a la inestabilidad de China y cómo estaba interviniendo la divisa. Ahora, es difícil encontrar un titular que explique un mal día para las bolsas en el que salga el gigante asiático como protagonista. La inestabilidad parece mucho menor en el parqué y ahora se están atacando niveles de principio de año. Si no hay sorpresas y, como apuntan las encuestas, Clinton termina presidiendo el Gobierno estadounidense, no sería descabellado considerar que estamos ante un mercado en reconstrucción alcista.

La situación de China

China ya no tiene el impacto que tuvo hace un año en los mercados. Durante meses se ha considerado al yuan como uno de los principales termómetros de la bolsa, junto al precio del petróleo, pero ahora hay analistas que destacan cómo el punto de mira de los inversores ya no está fijo en el país asiático.

En dos ocasiones, el Banco Popular de China tomó medidas sobre su moneda que alertaron al mercado. La primera de ellas tuvo lugar en agosto de 2015, cuando rebajó el rango controlado frente al dólar y dio como consecuencia el crash chino del día 24, en el que las fuertes pérdidas de los selectivos asiáticos arrastraron a los de todo el mundo en el principal evento bajista de los últimos años. La segunda de ellas fue cuando arrancaba el año y provocó que, nuevamente, las bolsas se desplomaran con unas pérdidas que, en el caso del Viejo Continente, todavía no se han superado.

Sin embargo, varios trimestres después, el riesgo parece haberse evaporado, ya que el gigante asiático ha logrado mantener su crecimiento del PIB en el 6,7%. Es precisamente la publicación de este dato lo que volvió a tranquilizar al mercado, ya que la inquietud se había vuelto a poner sobre la mesa con su dato de importaciones y exportaciones. Y es que, las ventas del país al extranjero cayeron un 10% en septiembre respecto al mismo mes del año previo, un desempeño mucho peor que lo esperado, mientras que las compras se contrajeron inesperadamente un 1,9% después de subir en agosto, lo que dejó al país con un superávit comercial de 41.990 millones de dólares.

Riesgos actuales del país

Joaquín Robles, analista de XTB, señala que «un muy mal dato de las exportaciones del país podría volver a provocar que el Banco Popular Chino volviese a intervenir su divisa». Sin embargo, el experto señala que «no está entre los planes de la entidad volver a sacar a su moneda del rango establecido frente al dólar». Dicha horquilla evita que las caídas de la divisa china profundicen más.

Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, señala que «que ya no provoque el pánico de comienzos de año no quiere decir que no pueda volver a hacerlo». Y es que, con motivo de los últimos datos de PIB publicados, los mercados han aparcado temporalmente sus dudas sobre la estabilidad del país: existe un excesivo endeudamiento privado y también puede haber burbujas en determinados activos.

Por otro lado, la inflación de China ha subido hasta el 1,9% frente al 1,6% esperado, por lo que sus autoridades «deberán estudiar si les compensa seguir devaluando el yuan para favorecer sus exportaciones, ya que a medida que cae su divisa los productos que ellos importan cada vez les resultan más caros», señala Gálvez. Un ejemplo son las materias primas, ya que China es el principal consumidor y su política monetaria está incrementando el coste de adquirirlas, al cotizar en dólares.

Otra muestra de que el país ya no inquieta del mismo modo al mercado es, precisamente, los recursos básicos, que desde que a comienzos de años cedieran a niveles no vistos en décadas, no han hecho otra cosa que recuperarse. Para Robles «su subida se produce porque China no ha caído tanto como se esperaba».

¿Qué va a mover al mercado?

Joachim Fels, director ejecutivo y asesor económico de PIMCO, la mayor gestora mundial de renta fija, explica que el mercado ya no va a moverse tanto por China. Si en marzo el experto destacaba al país, las materias y las divergencias de los bancos centrales como los principales factores que moverían a las bolsas en 2016 -una estimación que ha demostrado ser acertada-, ahora cree que esto ha cambiado. «China se está comportando mejor, la depreciación del yuan está siendo suave y ordenada», destaca.

No hay más que ver la fiebre del cruce de la divisa con el dólar, que muestra cómo en 10 meses la moneda ha caído de la misma forma que en enero. Julien-Pierre Nouen, economista jefe de Lazard Frères Gestion, considera que «la caída de la divisa china no debe ser un foco de preocupación ya que ésta no se debe a factores específicos de China, sino principalmente a la subida del billete verde». Ahora, destaca Fels, los mercados van a estar fijándose en lo que él denomina como «las tres P’s»: la baja productividad, la normalización de las políticas monetarias -enfocadas en lo que pueda ocurrir con la renta fija- y el calendario político, más que ajetreado en lo que queda de año y en todo 2017.

El primer punto es importante, ya que el experto destaca que, principalmente en Estados Unidos y en los países que componen el G7 -Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Italia, Japón y Reino Unido- este indicador macro está debilitándose: el PIB real por hora trabajada ha caído por debajo de los mínimos de 1982, en el caso de EEUU.

Fuente: eleconomista.es