El EUR/USD tocó nuevos mínimos para el año cerca de 1.3100, pero luego logró recuperar terreno y cerró prácticamente sin cambios operando en torno 1.3120/30.
El euro se fortaleció en parte por la caida del EUR/GBP. De todas formas, los operadores pueden estar ingresando en el compás de espera a lo que serán los próximos datos de empleo de Estados Unidos (jueves y viernes) y a la decisión del Banco Central Europeo (jueves).
El del martes fue el segundo cierre con una formación de doji consecutivo contribuyendo a cierta expectativa de estabilización en el corto plazo.
Por ahora no se esperan nuevos anuncios de Draghi y compañía, lo que también puede ser que esté jugando a favor de un soporte para el euro. Lo relevante podría llegar el viernes, donde un reporte bastante mejor al esperado en EE.UU. sobre las nóminas no agrícolas podría dejar expuesto no 1,3100, sino ya 1,3000.
De todas formas, para el viernes aún falta. En el corto plazo el cruce se mantiene con una tendencia bajista pero dando leves señales de consolidación.
En el camino alcista la primera resistencia asoma en 1.3135/5, que además de ser una zona de congestión es por donde está pasando una línea bajista. El quiebre de la misma podría favorecer una recuperación más importante. Por encima la próxima resistencia se ubica en 1.3190 y luego seguirá 1.3220.
La tendencia dominante sigue siendo bajista, con lo que una caída por debajo de los mínimos sugerirá una continuación en el recorrido hacia el sur, aunque la fortaleza de dicho movimiento es incierta. Se espera que haya stops por debajo de 1.3100; que favorecerían un descenso más rápido. Debajo la potencial zona de rebote se ubica entre 1.3075 y 1.3080.