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El cártel de productores ha decidido dar un golpe sobre la mesa contra el coronavirus y recortar en 1,5 millones de barriles la producción de la Organización, una cantidad muy por encima de los 600.000 barriles que recomendaron los técnicos de la OPEP hace dos semanas. Sin Rusia presente en la reunión del jueves, la propuesta no es definitiva y deberá ser ratificada en el encuentro de mañana.

La epidemia ha pasado una factura de más del 20% para el petróleo desde los máximos del año, en 68,9 en enero, hasta los 50,7 dólares actuales en el Brent europeo. Este precio fue el que mantenía el barril a finales de 2018, cuando la OPEP, preocupada por las caídas que estaba sufriendo el barril, volvió a implementar un recorte conjunto de la producción, que se amplió el pasado diciembre, y se ha mantenido hasta hoy.

El miedo a un frenazo económico por el contagio del coronavirus que termine castigando más los precios del crudo ha llevado a los miembros del cártel a proponer un nuevo recorte, mayor del que ya se estaba implementando: un acuerdo de mantener la oferta limitada en 1,2 millones de barriles diarios, al que se sumarán ahora los 1,5 millones de barriles que, en principio, y a falta del ‘sí’ de Rusia, han acordado los miembros del cártel. La aprobación de Moscú es imprescindible, según ha explicado el ministro de petróleo de Irán a los medios.

Rusia, por ahora, ha dejado clara su preferencia por mantener el recorte como se decidió el pasado mes de diciembre, sin reducir más la oferta de crudo, algo que ratificó esta semana el propio Vladimir Putin, presidente del país. Parece que es un escollo que tendrán que resolver el viernes, pero podría ser fácil de solucionar, ya que en los últimos acuerdos de la OPEP y Rusia, estas diferencias se han hecho patentes durante los días de las negociaciones, con Moscú terminando siempre aceptando la decisión del cártel, algo que podría repetirse mañana. Podría ser que estos desacuerdos de última hora tengan más que ver con una estrategia para intentar generar una sorpresa positiva entre los inversores.

En esta ocasión, como ha ocurrido en el pasado, podría ser Arabia quien termine asumiendo la mayor parte del recorte. Según los datos de Bloomberg, en 2019 el reino saudí asumió el 65% del recorte de producción acordado, mientras que Rusia solo el 11%.

Fuente: eleconomista.es