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El número de infectados y de fallecidos a causa del coronavirus de Wuhan, que la Organización Mundial de la Salud ha rebautizado como Covid-19, no deja de aumentar y cada vez son más las alarmas que gestoras, analistas y demás expertos lanzan sobre las consecuencias que tendrá para la economía mundial. Pese a ello, los inversores se muestran tranquilos y eso se refleja en las bolsas, que han marcado máximos en los últimos días. Muchos se preguntan a qué se debe, y la respuesta es sencilla: a la confianza ciega en el poder de los bancos centrales.

Aunque el impacto del coronavirus en el PIB de China del primer trimestre puede ser de un 1,5%, y dado que el gigante asiático sigue siendo el motor de crecimiento mundial eso supondría que arrastrará a la economía global, los inversores no parecen preocupados. El comportamiento de las bolsas, que han subido con fuerza desde principios de febrero (acumulan un avance del 6% de media) y han marcado máximos anuales, demuestra que a la mayoría de los que operan en el mercado de renta variable no les importa. Su lema es ‘En los bancos centrales confiamos’.

Tanto la Reserva Federal estadounidense (Fed) como el Banco Central Europeo (BCE) han demostrado que están dispuestos a actuar para sostener a la economía y los mercados si es necesario. Es decir, si la crisis del coronavirus se agrava y las consecuencias son peores de lo previsto. Hasta ahora se mantienen a la espera para ver cómo se desarrollan los acontecimientos, pero tanto Jerome Powell como Christine Lagarde han dicho en los últimos días que la política monetaria usará todas sus armas si la situación empeora.

Powell, por ejemplo, ha reiterado que los riesgos para las perspectivas permanecen y que la Reserva Federal está «monitorizando de cerca» el impacto de la propagación del coronavirus en la economía de EEUU, aunque aún es «demasiado pronto» para sacar alguna conclusión al respecto. No obstante, ha hecho un llamamiento para que haya un mayor apoyo de la política monetaria en caso de que se produzca una recesión, dejando claro que la Fed tiene preparadas todas las herramientas para responder.

En el caso del BCE, se ha hablado de que algunos miembros del banco central son partidarios de añadir nuevos estímulos monetarios a raíz de la crisis del coronavirus, pero Lagarde ha rebajado las expectativas sobre un posible recorte de los tipos de interés. Al menos por ahora, ya que cree que aunque la postura acomodaticia es adecuada en estos momentos, puede haber efectos negativos si se mantiene mucho tiempo. Pese a todo, ha asegurado que el BCE sigue evaluando el potencial impacto económico del virus de Wuhan en la Eurozona, para estar preparado.

Fuente: bolsamania.com