La FED publicó los números de lo que iba a trasladarle al Tesoro y comenzaron a llover las críticas. Se trata de una transferencia récord por $88.900 millones de dólares*, que corresponden a las ganancias menos los costos de las operaciones financieras del banco central. La principal crítica es porque esto no le dicen monetización del déficit fiscal (es decir, imprimir dinero para financiar el gasto). En cierta forma la crítica es cierta pero se trata de una práctica habitual y no nueva.
De todas formas, aquellos que critican demasiado y en vos muy alta este emprendimiento, sepan que la verdadera monetización se da en países como Argentina (que tiene una tasa de inflación no oficial en torno al 30%): allí el banco central ha enviado transferencias por 60.000 millones de pesos argentinos**.
La diferencia entre el banco central de Argentina y el de EE.UU. radica en la credibilidad. El mercado, inversiones y demás confían que la FED hará todo lo posible para evitar la inflación mientras que en Argentina no hay una confianza sobre el Banco Central de la República Argentina (BCRA).
La confianza es lo que le da valor a las armas para lograr la estabilidad de precios y conseguir los objetivos. Las transferencia desde la FED al tesoro no ponen esto en riesgo, por más grandes que sean.
* Es menos del 4% de la base monetaria.
** Representa el 20% de la base monetaria y no corresponde al resultado del ejercicio, sino a un monto establecido por una ley de reforma a la carta orgánica del banco central para que se permitan estas operaciones. Algo así como si en EE.UU. los legisladores aprobaran cambiar la ley que regula a la FED para que permita financiar directamente al tesoro.
Fuente:
El Cronista Comercial