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Utilizando Fibonacci para determinar objetivos de precios – Parte II
Autor: Facundo Molina

 

Las manifestaciones de Fibonacci

La verificación de la seria Fibonacci en tantos fenómenos de la vida real, condujo a varios estudiosos a observar la relación existente entre estas matemáticas de la naturaleza y el comportamiento de los mercados financieros.
Quizás sea esta la parte mas curiosa y llamativa, pues se ha descubierto que la secuencia Fibonacci se encuentra en la Naturaleza, dando forma a estructuras físicas y definiendo el proceso de cambio de estructuras dinámicas, tal y como lo manifiestan diferentes autores en sus obras.
A finales del siglo XIX, el botánico A. H. Church, de la Universidad de Oxford, descubrió que el girasol tiene distribuidas sus semillas alrededor del centro en 89 curvas, de las cuales 55 giran en una dirección y 34 en la dirección contraria .
A raíz de este descubrimiento, los botánicos han encontrado números Fibonacci en otras partes de la Naturaleza, por ejemplo, la margarita forma un modelo de espiral similar al del girasol en el centro de su flor, y existe una gran cantidad de flores cuyo número de pétalos es un número Fibonacci.
Un matemático de la Universidad de Arizona, Alan Newell, y el estudiante Patrick Shipman han estudiado recientemente los cactus para determinar por qué este patrón numérico es tan universal. Estos investigadores analizaron la forma de la planta, el grosor de su piel y multitud de otras energías biomecánicas que dirigen su crecimiento. Cuando introdujeron los datos en el ordenador, descubrieron, por sorpresa, que las configuraciones más estables seguían las formas basadas en la serie de Fibonacci.
La secuencia Fibonacci también se refleja en la espiral que formaron algunos árboles al desarrollar sus ramas; el número de ramas existente entre una determinada rama y la siguiente de la misma vertical es un número Fibonacci, calculado incluyendo una de las dos ramas correspondientes.
Los números Fibonacci también se encuentran en la estructura del cuerpo humano. El hombre tiene cinco apéndices (dos brazos, dos piernas y una cabeza); cada brazo y cada pierna se componen de tres partes, acabando la última de ellas en cinco apéndices (cinco dedos), divididos en tres pequeñas falanges cada uno, excepto dos de ellos que solo poseen dos. A su vez la cabeza tiene tres rasgos salientes (dos orejas y una nariz), y tres rasgos incrustados (dos ojos y una boca). Por último, el cuerpo humano tiene cinco sentidos físicos: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto.
“El cuerpo humano tampoco es ajeno al número de oro, o phi». Con su conocido dibujo del hombre de Vitrubio, Leonardo da Vinci ilustró el libro «La Divina Proporción» del matemático Luca Pacioli, editado en 1509. En dicha obra se describen cuáles han deben ser las proporciones de las creaciones artísticas. Pacioli propone una figura humana en la que las relaciones entre las distintas partes de su cuerpo son proporciones áureas. Así, en este hombre armónicamente perfecto para Pacioli, el cociente entre la altura del hombre -el lado del cuadrado-y la distancia del ombligo a la punta de la mano -el radio de la circunferencia- es el número áureo”.
Hombre de Viturbio
También el cuerpo de la mayoría de los animales se compone de un torso y cinco salientes (la cabeza y cuatro patas); las aves tiene cinco proyecciones en su cuerpo: la cabeza, dos alas, y dos patas.
En la música también hay presentes números Fibonacci, siendo el instrumento que mejor los refleja el piano. La subdivisión de un teclado se hace en octavas, compuestas cada una de ellas por ocho teclas blancas y cinco negras; las teclas negras se distribuyen a lo largo del teclado alternando en grupos de dos y tres. Un teclado completo se compone de once octavas, aunque puede tener una tecla más, es decir 89. El acorde y arpegio por excelencia que permiten identificar cualquier tonalidad, son los formados por las notas primeras, terceras, quinta y octava de la escala de dicha tonalidad.
Desde los tiempos de los profesores Church y Hambidge, el interés por los números Fibonacci en una gran cantidad de investigadores condujo a la creación en 1963 por un grupo de matemáticos de la Sociedad Fibonacci, con sede en California, con el fin de intercambiar ideas y estimular la investigación sobre las manifestaciones de estos números que existen en la Naturaleza.
Se ha demostrado que la secuencia Fibonacci esta estrechamente ligada al desarrollo progresivo de estructuras dinámicas, y dado que la sociedad es un sistema dinámico, la historia del hombre puede estar desarrollándose conforme a esta ley de la Naturaleza basada en la proporción 3-5 ò 0,618; si esto se añade que el comportamiento de las masas queda reflejado en los mercados financieros, se deduce que la secuencia Fibonacci puede cumplirse en dichos mercados.
En la siguiente sesión partiremos de los conceptos brindados hasta aquí, y desarrollaremos el modelo que nos servirá para poder contrastar el objetivo planteado en el presente trabajo.