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La primera ministra, Theresa May, plantea al parlamento británico tres votaciones seguidas sobre el Brexit. Primero, el 12 de marzo, se votará sobre su acuerdo pactado con Bruselas. Con escasas probabilidades de que prospere, el día 13 de marzo, el parlamento británico se volverá a pronunciar sobre si se aprueba una salida sin acuerdo. Y si se rechaza, los diputados votarán al día siguiente por un aplazamiento de la salida del Reino Unido de la Unión Europea «corta y limitada», para evitar que el país evite participar en las elecciones europeas.

May ha puesto de manifiesto que su última prioridad es la de extender el artículo 50 y aplazar la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Pero la premier ha cedido ante la enorme presión interna que estaba suponiendo jugar con los plazos del Brexit, entre los partidarios de un Brexit duro y uno blando dentro de su partido. Eso sí, tensará más la situación llevando al límite al país con una triple votación antes de que los diputados voten a favor de prorrogar la salida.

Antes de eso, los parlamentarios se pronunciarán primero sobre el acuerdo de May y posteriormente sobre salir a las bravas. Tras una reunión con su Gabinete, la primera ministra ha comparecido en el parlamento británico para anunciar la última hoja de ruta del Brexit.

May ha dicho que someterá a votación el acuerdo de Brexit el 12 de marzo. Un acuerdo que ya fue rechazado de manera histórica por el parlamento británico. Con lo que ha propuesto una segunda votación para el 13 de marzo, en el que planteará abiertamente a los diputados salir de la Unión Europea sin acuerdo.

El parlamento británico ya ha expresado en las últimas semanas que rechaza esta salida en las últimas votaciones y May cuenta con ello, aunque juegue con fuego. Por ello, ha planteado para el 14 de marzo votar por una extensión del Brexit, «corta y limitada».

De esta manera, descarta un aplazamiento del Brexit hasta 2021 como se ha venido manejando en los últimos días. May ha reconocido que la prorroga es su última opción.

El mercado británico se había movido con fuerza mientras Theresa May se reunía con su Gabinete para discutir una salida para el Brexit, teniendo en cuenta que el tiempo se agota para aprobar el acuerdo alcanzado con Bruselas. La libra ha cotizado con fuertes subidas respecto al euro situándose por encima de los 1,16 euros, unos niveles que no tocaba desde mayo de 2017. El FTSE 100 caía más de un 1%. Los inversores comienzaban a descontar que May anunciará un retraso para salir de la Unión Europea.

Pero la respuesta de la primera ministra no ha sido ni simple ni sencilla. May ha detonado la bomba en la Cámara de los Comunes, tras un tormentoso Consejo de Ministros en el que pesos pesados de su gabinete le habían dejado clara su intención de abandonar. La intervención ha dejado claro una vez más da debilidad de una premier cuyos actos ya no están dictados exclusivamente por los eurófobos.

Si May no quería descartar la posibilidad de romper con la UE sin acuerdo era para mantener una importante baza negociadora ante Bruselas y, en clave interna, para aplacar al núcleo duro anti-Bruselas, aglutinado en el correoso Grupo de Reforma Europea (ERG, en sus siglas en inglés).

El principal líder de los Brexiters, Jacob Rees-Mogg, ha dicho en la televisión que no votarán a favor del acuerdo de la líder de su partido, «solo se está planteado una extensión corta». Pero ha advertido que si el objetivo es ampliar el Brexit por completo, «lo consideraríamos como una traición».

 

Fuente: eleconomista.es