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Las consecuencias de una política monetaria extremadamente expansiva empiezan a reflejarse en la economía nipona… y en otros activos: 2016 va camino de convertirse en el segundo ejercicio consecutivo en el que la bolsa, y la divisa de Japón en su cruce frente al euro registran subidas

Después de mucho tiempo (y de una elevada cantidad de dinero), la eficacia de las medidas monetarias extremas aplicadas hasta el momento por el Banco de Japón (BoJ) empieza a ponerse de manifiesto, aunque sea de manera discreta, como demuestran los últimos datos en los que aparece una especie casi desconocida en el país asiático: inflación. Las políticas de flexibilización monetaria implantadas hasta ahora en el país nipón han empezado a tener reflejo en la última revisión al alza de los datos de crecimiento económico del segundo trimestre. Una mejora que ha venido acompañada de la revisión, también al alza, de la estadística interanual, que ha pasado del 0,2 por ciento hasta el 0,7 por ciento.

Sea como sea, la política expansiva del BoJ ha dejado por el camino a mucho dinero dilapidado… y algunos beneficiados, como por ejemplo el Nikkei y el yen, que van camino de conseguir acumular su segundo año consecutivo de revalorización conjunta -lo que se conoce como doble samurai-, algo que no había ocurrido nunca antes en los últimos 15 años.

Para un inversor europeo que haya decidido tomar posiciones en el Nikkei, 2016 está siendo el cuarto año consecutivo de ganancias anuales. El selectivo nipón se revalorizó en 2015 más de un 20 por ciento en euros y en este ejercicio va camino de ofrecer una subida cercana al 2 por ciento para quienes decidieron invertir en él en enero (en moneda local la cosa cambia y el selectivo se deja cerca de un 10 por ciento en el conjunto del presente ejercicio). Y es que, desde los mínimos del pasado mes de julio acumula un alza que ronda el 13 por ciento.

Este buen comportamiento ha provocado, de hecho, que el índice de referencia en el país haya empezado a resultar atractivo por técnico. Así lo asegura Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, quien afirma que «el índice ya ha completado el pull back a la zona de los 16.900 puntos, y que desde este entorno estamos pendientes puesto que si hay una reacción al alza desde el mismo nos plantearemos tomar posiciones en el selectivo».

El comportamiento del Nikkei no debe sorprender a los inversores que se hayan dejado guiar por los cantos de sirena de las medidas de estímulo de Shinzo Abe, el gobernador del banco central del país. El aumento del ritmo anual al que adquiere fondos cotizados -muy por encima de los programas de compras de deuda pasados de la Fed o los actuales del BCE- o el alza del volumen de su programa de préstamos en dólares para empresas japonesas en el exterior son sólo algunos de los ejemplos de las medidas tomadas por el presidente del BoJ, algo que siempre suele generar expectativas alcistas en los inversores. De hecho, el vicegobernador del Banco de Japón, Hiroshi Nakaso, ha comentado esta semana que la institución podría volver a rebajar los tipos de interés aunque estén ya en territorio negativo: «Un juicio estático y uniforme que descarte futuras rebajas del tipo de interés negativo que repercuta en los beneficios de las instituciones financieras no sería el enfoque correcto», afirmó el directivo de la entidad central nipona.

Sin embargo, sí que es una novedad que se produzcan alzas en bolsa a la misma vez que llega una revalorización de la divisa japonesa como la vista desde enero -una subida del yen perjudica a las empresas exportadoras que cotizan en el Nikkei-.

Después de que en 2015 el yen se revalorizara frente al euro y frente a sus cruces más negociados del mundo (sobre todo por la debilidad de la moneda europea), en 2016 la divisa nipona ya suma unas ganancias superiores al 13 por ciento contra al euro y del 18 por ciento respecto al dólar.

Refugio, especulación, miedo… son muchos los adjetivos que se han adherido a las explicaciones de propios y extraños para analizar el comportamiento del yen japonés. «Las medidas de flexibilización monetaria del Banco de Japón no colmaron las expectativas, lo que ha motivado en las últimas semanas un aumento de la exposición larga al yen», señalan desde ETF Securities. Es decir, las medidas del BoJ no han sido lo suficientemente expansivas para los inversores como para que reviertan la fortaleza del yen.

En el mismo sentido se pronuncian desde Bank of America: «El yen crecerá frente a los cruces más negociados del mundo a pesar de los factores cíclicos».

En este sentido, el carry trade, la técnica por la cual los inversores se financian en divisas de países cuyos tipos de interés se encuentran bajos para invertir en países con tasas más altas, también ha ayudado a que la divisa nipona se mantenga al alza en 2016.

 

Fuente: eleconomista.es