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RP25En las últimas jornadas varios países de los llamados emergentes han subido las tasas de interés, en un intento por frenar la caída en el valor de sus moneda y para evitar problemas mayores.

¿Están en problemas? Se ha notado una caída en las tasas de crecimiento y surgieron temores desde China. ¿Esto lleva a justificar lo que está ocurriendo? No está claro. Otra opción, es que si miramos las proyecciones que se daban a fines de año, para el 2014, varios analistas e informes, recomendaban un posicionamiento menor en los países emergentes, producto de que la política de la Reserva Federal, está en camino a ir reduciendo gradualmente el ritmo de estímulos. Luego se verá (posiblemente recién en algún momento entrado el 2015) si está acompañado de un retiro de estímulos, ya sea a través de suba en la tasa de interés o mediante algún otro mecanismo.

Hay ciertas cosas que se pueden extraer de lo que está ocurriendo.

El bono español a 10 años, que en julio del 2012 tenía una tasa por encima del 6%, en la actualidad está por debajo del 4% y por el momento se muestra resistente en este marco de subas en la tasa de interés de varios países emergentes. Similar situación aplica a los títulos italianos.

Esto puede implicar, que las medidas que se han aplicado en estos países y las del Banco Central Europeo, al menos por el momento han funcionado y explican también la resistencia que está mostrando el euro en el mercado. De haber existido una huída de estos títulos (ventas), el euro se hubiera visto bajo presión.

 ¿Y la guerra de las monedas?

Desde la crisis financiera mundial del 2008, el término “guerra de monedas” o “guerra de divisas”, en la cual se estimaba que los países iban a pelear por mantener sus monedas en bajos valores relativos, para fomentar el sector exportador, ha desaparecido de los diarios.

Finalmente no se dio, como era en cierta forma lógico. De hecho se está dando el camino contrario. Las subas en la tasa de interés, implican que se quiere defender en cierta forma el valor de las monedas.

Esto deja en claro que la moneda de cada país, es un activo y una institución, que no puede ser puesto a riesgo para tener una ventaja competitiva cambiaria. Si un país gana una “guerra de divisas”, habrá que ver en el balance, ya que posiblemente habrá perdido otras guerras. Los efectos adversos de las guerras perdidas (razonablemente mayores) no serán mitigados con una recuperación en el valor de la moneda, sino que perdurarán, afectando seguramente la calidad de vida de los habitantes del país “ganador de la guerra de las divisas”.

Si lo anterior genera dudas, pues sirve para clarificar investigar lo que ocurre actualmente en Venezuela y Argentina, en donde la moneda como institución (y no necesariamente su valor en términos reales) ha sido devaluada.