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Solo fueron 15 minutos lo que necesitó el rand sudafricano para hundirse un 9% en la mañana del lunes. Pero lejos de ser una excepción en el mercado de divisas, los traders apuntan a que este tipo de movimientos pueden convertirse en habituales en el mercado global de divisas, que mueve más de 5 billones de dólares al día.

Citigroup e Insight Investment Management creen que este tipo de flash crashes puede convertirse en algo común ante la reducida liquidez, una regulación más estricta y la menor demanda de activos de países emergentes. El rand se desplomó ayer hasta mínimos récord frente al dólar y el yen, aunque consiguió recuperarse casi igual de rápido durante el día.

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«El rand no está solo en esto. El rand es otro reflejo del cambio en el entorno de liquidez en el que todos estamos operando. Estamos aprendiendo que, a menos que haya clientes al otro lado, los bancos no están nada dispuestos a asumir riesgos», explica Paul Lambert, jefe de divisas de Insight Investment, filial de Bank of New York Mellon. La palabra que define la situación en el mercado de divisas es volatilidad, que está en máximos desde octubre en el mercado de divisas global.

Uno de los factores clave es la nueva regulación, que está forzando a los bancos a reducir sus balances y acotar su actividad como creadores de mercado, lo que hace más difícil operar sin sobresaltos. Esta falta de liquidez no solo afecta a las divisas, también se está notando en la renta fija, incluso en un mercado tan grande como el de bonos del Tesoro de EEUU.

Estos cambios bruscos de precios y la liquidez menguante están agravando los problemas de las economías emergentes como la propia Sudáfrica, que buscan inversión extranjera mientras sus economías se ralentizan, golpeadas por el desplome de las materias primas, y crecen los desafíos políticos domésticos. En un entorno así, conseguir atraer capital se hace cada vez más complicado, porque tanto inversores como bancos son más reacios a tomar riesgos.

Precisamente, la falta de inversores en el rand, combinada con el pesimismo sobre los activos sudafricanos, podría haber contribuido a los grandes movimientos del lunes. «Es por esto por lo que las divisas de países emergentes tienen que ser gestionadas diferentes», explica Richard Benson, del hedge fund Millenium Global. «Evito las posiciones en las divisas muy poco líquidas».

A pesar del flash crash, el banco central sudafricano, que no tiene establecido un nivel para el rand, no intervino, aunque el desplome fuera mayor que el de diciembre y que provocó la salida del ministro de Finanzas del país. «Va a ser muy difícil estabilizar el dólar-rand», explica Luis Costa, director de renta rija y estrategia de divisas para Europa Central y del Este en Citigroup. «Esto es una historia a medio plazo. La economía no ha encontrado un nuevo nivel de equilibrio. Sudáfrica tiene importantes problemas estructurales».

 

Fuente: eleconomista.es