El devenir del mercado de deuda ya estaba en entredicho antes de que Donald Trump se alzase con la presidencia de Estados Unidos, pero su victoria ha servido para alimentar la tormenta que ya se atisbaba en la renta fija. Trump se ha comprometido a aumentar el gasto público y eso implica elevar el endeudamiento de la primera economía del mundo. Tradicionalmente, cuando eso ocurre, suele traducirse en una subida de la curva, que también tendrá que lidiar, por otra parte, con las expectativas que dibujan un repunte de la inflación en Europa y Estados Unidos. A raíz de ello, además, el mercado ya ha puesto fecha a la subida de tipos en Europa: septiembre de 2018, según datos de Bloomberg.
El cóctel perfecto para empezar a salir, con prisa, de un activo que, en el caso de España, es capaz de causar pérdidas del 1,1% en un día. Las fuertes ventas vistas en el mercado de deuda estadounidense el miércoles, tras la victoria de Trump, se impusieron con fuerza ayer en Europa. Así, la rentabilidad del papel español a diez años, por ejemplo, escaló 11,3 puntos en una sola sesión, hasta el 1,39%. En agosto cotizaba en el 0,88%, el nivel más bajo de su historia. Ese repunte de rentabilidad, que se debe a la caída de su precio, se traduce en pérdidas latentes del 4%.
Aunque la deuda más castigada fue la de Francia e Italia, donde el interés de sus bonos repuntó más de 14 puntos básicos. Ambos países tienen una cita pendiente con las urnas en los próximos meses: el primero para elegir presidente, en abril de 2017 y el segundo, para votar sobre los cambios que el gobierno de Matteo Renzi propone para la constitución del país, que tendrá lugar el próximo 4 de diciembre. La incertidumbre que generan ambos países se saldó con el repunte de rentabilidad del bono transalpino a diez años hasta el 1,89%, su nivel más alto desde septiembre del año pasado.
Más leña al fuego de la deuda
Lo que ha cambiado respecto a hace una semana, por ejemplo, cuando los inversores ya venían deshaciendo posiciones en el mercado de renta fija, es el triunfo de Trump y su política económica expansiva. «Aunque el presidente electo estará algo limitado por una Cámara de los Representantes controlada por los republicanos, podemos suponer con seguridad que habrá rebajas de impuestos y gasto en infraestructuras y defensa. Con una economía prácticamente con empleo, esto provocará inflación a medio plazo y las curvas de tipos seguirán mostrando un claro pronunciamiento», explica Stefan Isaacs, gestor y director adjunto del área de renta fija minorista de la gestora M&G.
Trump se ha marcado como objetivo duplicar el crecimiento de la primera economía del mundo. Según estima UBP, en base a las propuestas sugeridas en campaña, que la deuda pública podría incrementarse hasta suponer un 115-120% del PIB en 2026 frente al 105% actual.
Ese mayor gasto público se traduciría, a su vez, en un aumento de la inflación, que desincentiva el ahorro en la renta fija. En opinión de Julius Baer, «la demanda de los bonos que tradicionalmente actúan como refugio, como pueden ser la alemana o estadounidense, está bajando, por lo que vemos riesgo de que la rentabilidad de los bonos repunte aún más».
Como referencia, el interés del Bund llegó a cotizar este año en negativo, lo que implica que los inversores no solo no obtenían rentabilidad invirtiendo ahí sino que pagaban al gobierno alemán. Pero la situación se ha dado la vuelta y las ventas también alcanzaron a la deuda alemana, que hoy cotiza ya en el 0,27%. Solo en la sesión de ayer, la caída de su precio dejó pérdidas del 0,7%.
La penalización fue más leve, sin embargo, en la deuda estadounidense (la gran damnificada tras conocer la victoria de Trump), ya que su rentabilidad repuntó levemente del 2,05 al 2,08%. Aunque en dos días, no obstante, los inversores asumen minusvalías latentes del 2,1%.
Subida de tipos en 2018
Con las caídas registradas ayer en los mercados en general -la bolsa europea también cerró con números rojos, con las eléctricas como principales perjudicadas-, «el mercado está descontando que el Banco Central Europeo (BCE) reducirá sus estímulos e incluso que puede subir tipos antes de tiempo, hablamos de que se esperan para 2018-2019», explica Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank.
Si antes que Trump se hiciese con la presidencia de la Casa Blanca la expectativa es que cualquier normalización en el precio oficial del dinero, ahora situado en el 0%, se retrasase más allá de 2018, ahora un 56,1% de los expertos encuestados por Bloomberg prevé que el BCE mueva ficha en septiembre de ese año.
Fuente: eleconomista.es