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El desplome de la demanda de petróleo a causa del impacto del coronavirus ha provocado un colapso histórico en los precios del petróleo. Tras haber caído a mínimos de 2002, ahora busca algo de aliento en unas negociaciones que podrían dar como resultado un pacto global sin precedentes. Parece que Rusia y Arabia Saudí (segundo y tercer mayor productor del mundo) han dejado a un lado sus amenazas de aumentar la producción y ahora se centran en buscar una coordinación global (al estilo de los bancos centrales en tiempos de crisis) que incluya a EEUU y otros países que no se ‘juntan’ habitualmente con la OPEP para alcanzar acuerdos. Tiempos extraordinarios requieren medidas extraordinarias.

Los mayores productores de petróleo del mundo avanzan en sus conversaciones para reducir el impacto de una caída de la demanda de unos 20 millones de barriles por día (el 20% de la oferta global). La reunión clave tendrá lugar este jueves y contará con la presencia de los representantes de la OPEP y sus aliados (Rusia y otros países más pequeños), pero para que este cónclave tenga éxito a la hora de aprobar grandes recortes Moscú y Riad piden que esta vez se sume EEUU (acabar con el ‘problema del gorrón’) de alguna forma. Los países que no forman parte del cártel hablarán el viernes en una teleconferencia que reunirá a los ministros de energía del G-20, según ha revelado la agencia Reuters.

EEUU se ha convertido en el mayor productor de petróleo del mundo con un bombeo diario de más de 13 millones de barriles (alrededor del 13% de la oferta mundial). La OPEP considera al país gobernado por Donald Trump como un jugador clave que debe apoyar de alguna forma los recortes para asumir una (aunque sea pequeña) parte de la carga.

Los ministros y diplomáticos pasarán los próximos dos días hablando sobre quién está dispuesto a reducir la producción y en qué medida. Las contribuciones más importantes provendrán del trío de grandes potencias del petróleo: Arabia Saudí, Rusia y Estados Unidos. Parece que otros países que suelen ir por libre, como es el caso de Noruega, se van a sumar al acuerdo. Para todos ellos el recorte puede ser beneficioso, incluso para EEUU, que tras la irrupción de la potente industria del shale oil (petróleo de esquisto) y el fracking puede padecer con unos precios del crudo demasiado bajos. Esto es lo que podría llevar a los dirigentes y reguladores americanos a apoyar los recortes de alguna forma: comprometiéndose a mantener su producción cuando los precios suban o incluso asumiendo una pequeña cuota de los recortes.

Para evitar que el petróleo se mantenga, al menos, por encima de los 30 dólares, los economistas de Citigroup ponen tres condiciones claras explicadas en una nota para clientes. «Reducir los volúmenes de producción en una cantidad notable (al menos en 10 millones de barriles al día) y de forma rápida. Proporcionar una infraestructura de almacenamiento adicional al mercado. Y, por último, exportar menos petróleo, reduciendo el uso de los superpetroleros y bajando así los fletes de los buques y el coste de almacenamiento flotante». Para ello se necesita la coordinación de los grandes productores, que deben ser los primeros en recortar el bombeo de crudo y reducir las exportaciones, algo que requiere una coordinación sin precedentes en este mercado.

Un acuerdo efectivo requerirá la participación de los tres, pero no todos los recortes tendrán el mismo tamaño. Rusia y Arabia Saudí están dispuestos a frenar su producción de manera significativa. Los analistas de Commerzbank creen que «podría haber un recorte coordinado de la OPEP + de hasta 6 millones de barriles por día, en comparación con el nivel actual. Esto implicaría que Arabia Saudí redujera la producción en 3 millones de barriles por día, en 1,5 millones entre otros estados del Golfo y en Rusia un recorte de 1,5 millones».

«Tanto Rusia como la OPEP están exigiendo que Estados Unidos y otros países también que implementen recortes de producción. Se supone que Texas, por ejemplo, reducirá la producción en 500.000 barriles por día. La videoconferencia de la OPEP + se producirán este jueves, aparentemente será compleja por las diferencias personales entre los dos líderes de Rusia y Arabia Saudí… Si ahora se les uniera el tercero en discordia, Donald Trump, las cosas serían muy complicadas e incómodas».

Pero la pregunta difícil es cómo distribuir esta estos recortes, «el problema permanente de la acción coordinada: el dilema del prisionero. Los ‘gorrones’ o ‘polizones’ habituales prefieren no tocar su producción y disfrutar de precios más altos, algo que han hecho en los últimos años EEUU, Canadá y Brasil. Pero esta vez se necesitan unos precios del petróleo algo más elevados y estables también en esos países para que la recesión económica del coronavirus no sea más profunda.

Por Nieves Amigo

Fuente: eleconomista.es