- Alerta de una posible fuga de capitales
Hay riesgo de volver a repetir un episodio como la devaluación del yuan por parte de China (ocurrida a principios de año), que está contagiando de pesimismo a las bolsas mundiales.
A medida que la moneda china sigue cayendo frente al dólar -el pasado 30 de mayo retrocedió hasta los 0,1518 dólares, rozando los 0,1516 dólares en los que se mantienen los mínimos del año-, «existe el riesgo de que se reinicie una huida de capitales de forma similar a la que ocurrió en agosto y a principios de año».
- A pesar de que el viernes pasado las tornas cambiaron respecto a la subida de tipos de la Reserva Federal -el mal dato de empleo en Estados Unidos que se conoció ese día hizo que las previsiones para la nueva subida se hayan retrasado hasta diciembre-, además de las palabras de Yellen del lunes, que alejaron la posibilidad de una subida en junio, durante las últimas semanas el yuan se ha visto debilitado frente al dólar, impulsado por la especulación creciente de que la Fed se está preparando para incrementar el precio del dinero.
China ha cambiado el rumbo de su política de gestión del yuan, intentando mantenerlo estable frente a una cesta de divisas, mientras recortaba la importancia del tipo de cambio que mantiene con el dólar estadounidense. Esa estrategia puede no funcionar de cara a evitar salida de capitales, ya que es el cruce del yuan con el dólar el que más afecta a los hogares y las compañías del gigante asiático.
«Vemos una posibilidad importante de que el mercado especule con la necesidad de una nueva devaluación, incluso si el mensaje de los reguladores chinos es que esto no está sobre la mesa», explica Goldman.
Por otro lado, desde que China devaluó la moneda por última vez en enero, el mecanismo del tipo de cambio de la divisa es cada vez más transparente, según quiso destacar ayer Ma Jun, economista jefe de la oficina de investigación del Banco Popular de China.
Los agentes del mercado entienden ahora «de forma más clara» el mecanismo, lo que ha tenido efectos positivos en estabilizar las expectativas del mercado, explicó el regulador.
Jacob Lew quiso destacar que la decisión de devaluar en agosto reflejó «confusión y falta de comunicación, incrementando los miedos de que China está en una posición peor de la que en realidad parece que está».
Fuente: eleconomista.es