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Alan Greenspan, prestigioso economista y expresidente de la Reserva Federal de EEUU, ha advertido de la peligrosa situación en la que se encuentra Occidente. Greenspan aún tiene la esperanza de que se encuentre una «salida» a este contexto económico y político que puede «quebrantar un país» que es la primera potencia económica del mundo, pero va resultar complejo dada la situación actual.

El expresidente de la Reserva Federal ha asegurado que teme que los  «locos» terminen minando el sistema político y económico del país. Aunque no dio nombres en una conferencia celebrada el pasado martes, este economista dejó entrever que sus declaraciones se refieren al candidato republicano para las elecciones de EEUU, Donald Trump.

«Este el peor contexto económico y político con el que he tenido contacto», según asegurado Greenspan, que tiene 90 años, en una conferencia en Washington organizada por las universidades de Stanford y Chicago.

En el frente económico, EEUU encamina a una estanflación (una combinación de demanda débil e inflación alta), según Greenspan. «En el plano político, no tengo idea de qué es lo que pasa».

«No nos encontramos en un equilibrio estable», sentencia el economista estadounidense, aunque «espero que podamos encontrar una salida porque este es un gran país como para que lo quebrante, cómo decirlo, los locos».

Greenspan, que se desempeñó en 1974-1977 en el gobierno republicano de Gerald Ford, se negó el miércoles a hacer declaraciones cuando se le preguntó a quién se refería.

Campaña presidencial

En los comentarios que hizo el martes, Greenspan señaló que el ascenso del populismo en los Estados Unidos se remontaba a 1896, cuando William Jennings Bryan hizo su discurso de la ‘cruz de oro’ en la convención nacional demócrata oponiéndose al patrón oro.

Greenspan volvió a insistir en la influencia negativa que puede tener un aumento del gasto púbico en seguridad social y salud, que termine desincentivando a la inversión privada y derive en un menor crecimiento económico. Lamentó que ninguno de los dos candidatos presidenciales hable de limitar ese gasto. «Nadie quiere discutirlo» por temor a una reacción política.

Fuente: eleconomista.es