La deuda mundial ha tocado un nuevo récord en el segundo trimestre de 2017 tras alcanzar los 226 billones de dólares, triplicando así el valor de la producción de todo el planeta. Si el Banco Central Europeo y la Fed continúan endureciendo su política monetaria, «el riesgo será elevado a la hora de refinanciar esa deuda», asegura el Instituto Internacional de Finanzas (IIF).
La deuda global sigue aumentando. En el último año se ha incrementado en 7,5 billones de dólares. China está siendo uno de los grandes partícipes de este proceso, sobre todo a partir de 2008. Aunque es cierto que el ritmo de crecimiento del apalancamiento de las empresas no financieras se ha reducido en el gigante asiático, los hogares han tomado el relevo y están pidiendo crédito a un ritmo considerable.
No sólo los hogares chinos han alimentado el stock de deuda mundial, las familias de Noruega, Suecia y Australia también han aumentando su deuda desde 2009, «en parte, esta situación es producto de los incrementos del precio de los inmuebles». Esto hace que dichos agentes sean vulnerables a un posible «impacto adverso en los ingresos y los tipos de interés», destaca el Instituto Internacional de Finanzas.
Deuda del 324% del PIB mundial
Este incremento del endeudamiento a nivel mundial, que alcanza el 324% del PIB del planeta, tiene sus riesgos, sobre todo ahora que el ciclo monetario comienza a cambiar y con él los tipos de interés. Aunque hasta ahora los tipos han sido muy bajos, «muchas empresas están teniendo problemas con el servicio de la deuda», es decir, que tienen dificultades para cubrir el pago de intereses y el principal con la caja que generan.
«El porcentaje de empresas con problemas, que no pueden cubrir el gasto en intereses (interest coverage ratio), ha alcanzado entre el 15 y 25% de los activos corporativos en Brasil, India, Turquía y China. En varios mercados desarrollados también se ha presenciado un incremento de la tensión, incluyendo a países como Canadá, Alemania, Francia y EEUU», destaca el Monitor Global de la Deuda del IIF.
Estas empresas se muestran incapaces de pagar los intereses que genera la deuda que tienen pendiente de pago con la rentabilidad que generan sus inversiones. Para calcular este ratio se divide el beneficio antes de intereses e impuestos (EBIT) entre la cantidad total de intereses de la deuda que tiene que pagar la empresa en un periodo concreto.
Ante este escenario de estrés, si la Reserva Federal continúa endureciendo su política monetaria (el BCE ya ha comenzado a dar los primeros signos para hacerlo), «el riesgo de refinanciación es elevado».
Hasta finales de 2018 vencen 1,7 billones de dólares en bonos y préstamos sindicados, de los que el 26% están denominados en dólares y un 4% en euros. China, Turquía, Rusia e India cuentan con grandes cargas de deuda denominadas en dólares que vencen a corto plazo.
Fuente: eleconomista.es