Por Noemí Jansana
EEUU no quiere un dólar fuerte que añada una carga extra a sus exportaciones en el contexto de una guerra arancelaria. Por este motivo, se prepara para una constante apreciación de la divisa en los próximos dos años, que la llevará a precios cercanos a sus máximos de 2017, en los 1,05 dólares por euro, según los expertos. Algunos analistas incluso apuntan que podría acercarse a la paridad. Y si eso pasa, Donald Trump y su Gobierno sacarán toda la artillería contra el auge del ‘billete verde’.
La administración del magnate republicano ha demostrado que no se corta a la hora de meter baza en un mercado en el que se presupone que no debe entrar, en virtud de los acuerdos de 2013 del G7 y el G20 por los que se los gobiernos se comprometieron a no ejercer una devaluación competitiva de sus divisas. En varias ocasiones, Trump ha exhibido pocas ganas de sujetarse a estos compromisos, a la luz de los ataques que ha vertido sobre la fortaleza del dólar contra el yuan, el yen o el euro.
Mediante frases como “un dólar fuerte nos está dañando”, ha llegado a poner en jaque la política de un dólar fuerte que se desplegó en los 90, durante la administración Clinton, por no hablar de sus recientes comentarios contra las alzas de tipos de la Reserva Federal (Fed) que han hecho temer por la independencia del banco central bajo el mandato de Jerome Powell. No ha sido el único ya que el secretario del Tesoro, Spephen Mnuchin, también se ha descolgado con ataques verbales hacia la fortaleza de la moneda de EEUU, que se podrían convertir en una “tónica habitual si el dólar se acelera contra el euro.
EL DESTINO DEL DÓLAR NO ES OTRO QUE APRECIARSE
El consenso entre los economistas y expertos reunidos en este evento es que los flujos de capitales que están abandonando los mercados emergentes van a ir a parar al dólar y a los activos estadounidenses. “Se ha buscado cobertura en la divisa de EEUU como activo refugio en detrimento del oro, por ejemplo”, indica Thomas Wind director ejecutivo de Woodman Asset Management, una tendencia que el experto asegura que seguirá en lo que queda de año y durante 2019, período durante el que será más atractivo como ‘safe haven’ que el yen o el franco suizo.
“El dólar va a ser el gran beneficiado de todas las crisis que se están viendo en economías como la turca, la argentina o la sudafricana, cuyas divisas se ubican entre las grandes perdedoras de este año”, conviene Nigel Rogers, socio fundador de Adrian Lee and Partners. Una realidad en la que “EEUU va a tener que ajustarse a un entorno con un dólar mucho más fuerte que ahora”, remata por su parte David Nowakowski, economista de Aviva.
Pero Hoffman asegura que antes de aceptar el inevitable destino del dólar, Trump y su equipo van a tratar de combatirlo con las armas que han empleado este año e insiste en que desde la Casa Blanca se producirá una “intervención constante y en serio” en la divisa. Avisa, además, que los inversores deben estar preparados para lo peor ante una “administración que ya ha roto varias reglas y que ha demostrado no tener respeto por el acuerdo que estipula que el presidente del país no interviene en las decisiones del banco central”.
Otras voces, en cambio, alertan de que en estos momentos de extremado optimismo “hay que ser muy cautos”. No en vano el Fondo Monetario Internacional avisó a finales de julio de que el ‘billete verde’ está sobrevalorado entre un 8% y un 16%.
Fuente: bolsamania.com