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  • El presidente de EEUU busca empresarios y no académicos para la Fed

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El presidente de EEUU, Donald Trump, hace sus cábalas y baraja distintos nombres para suplir los tres puestos vacantes dentro del Consejo de Gobierno de la Reserva Federal.

Con la marcha de Daniel Tarullo, prevista para abril, el seno del banco central estadounidense, regido por un total de siete miembros, permitirá a la nueva Administración influenciar implícitamente las decisiones de política monetaria, en un momento en el que las subidas de tipos de interés podrían acelerarse.

«La Fed se enfrenta a cambios sin precedentes», asegura a elEconomista Ellen Zentner, economista jefe de Morgan Stanley. «Con tres puestos vacantes y la previsión de que no renovará ni a la presidenta Janet Yellen ni a su vicegobernador, Stanley Fischer, Trump tiene la capacidad de cambiar completamente el seno del banco central y esta situación no tiene precedentes históricos», añade.

Con el mandato de Yellen expirando a finales de enero del año que viene y el de Fischer en junio de 2018, las miras inmediatas están puestas en estos momentos en el trío de posiciones abiertas actualmente. De ellas, la más jugosa es la que hasta ahora asumía Tarullo. Como parte de la resaca de la crisis financiera de 2008 y la consecuente reforma financiera, la Fed se convirtió en el principal supervisor de la gran banca. En estos menesteres, este funcionario ha sido clave a la hora de implementar parte de las nuevas normas, como por ejemplo, las pruebas de esfuerzo.

Su próxima marcha ha forzado a la administración Trump a buscar candidatos de forma inmediata. Es importante recordar que los otros dos puestos vacantes en el Consejo de Gobierno llevan vacíos durante años, ya que Obama no consiguió que el Senado confirmase a sus elegidos.

La posición de Tarullo como responsable de salvaguardar la estabilidad de la banca fue asumida por defecto, ya que no se llegó a nominar a nadie para ocupar el puesto de vicepresidente de supervisión. Dado el importante papel que jugará el próximo funcionario que tome dichas riendas, la Casa Blanca ha entrevistado ya a un variopinto número de postulantes.

Alejándose de los perfiles que hasta ahora caracterizan a los principales funcionarios del banco central estadounidense, la administración Trump se decanta más por aspirantes con experiencia bancaria y financiera a nivel internacional en lugar de académicos y economistas como tal.

Es por ello que nombres como David Nason, ejecutivo del brazo financiero de General Electric, o Richard Davis, consejero delegado de U.S. Bancorp, sean en estos momentos los que más suenan para reemplazar a Tarullo y ocupar alguna de las sillas vacías en la Fed. Davis, que abandonará su cargo como capitán de U. S. Bancorp en abril, aunque tiene previsto permanecer como presidente del consejo, ha insistido en los últimos meses que la llegada de Trump a la Casa Blanca y sus medidas para eliminar la excesiva regulación serán buenas para el sector bancario.

Apuesta por Nason

El pasado jueves, justo antes de la reunión de Trump con consejeros delegados de las principales manufactureras del país, Jeff Immelt, máximo ejecutivo de GE, cruzó un par de palabras con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, al que dijo «sólo quiero que sepa que David Nason es un gran hombre». Una declaración que hace pensar que este ejecutivo tiene bastantes posibilidades de acabar en la Fed.

Otros candidatos potenciales incluyen al que fuera consejero delegado de BB&T, John Allison, o el legislador republicano por Arkansas, French Hill, quien militó en las filas de la industria financiera antes de su carrera política. Una remesa de experiencia en el mundo financiero o empresarial, que puede ayudar a la Fed a la hora de interpretar la marcha de la economía y asegurar sus dos objetivos: mantener la inflación cerca del 2% y asegurar el pleno empleo.

Las dudas surgen cuando se trata de buscar reemplazos para Yellen. Desde el exgobernador de la Fed, Kevin Warsh, hasta el exfuncionario de la Fed, Larry Lindsey, el profesor de la Universidad de Chicago, John Cochrane o el economista de la Universidad de Stanford, John Taylor, cercano a los republicanos, forman parte de las diversas quinielas.

Ethan Harris, economista jefe de Bank of America Merrill Lynch, advierte que es imprescindible que el próximo presidente cuente con experiencia en política monetaria y favorece la elección de un académico o economista familiarizado con el tema.

«Vamos a ver un Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC) diseñado por Trump», indica. «El precedente no es si se politizará la Fed sino quién tomará las riendas y si estará preparado», incide. Al respecto, echa la vista atrás y señala cómo en los 70, el presidente Jimmy Carter cometió el error de nombrar al empresario G. William Miller como presidente de la Fed.

«No tenía ninguna experiencia en política monetaria ni tampoco era un economista e hizo un trabajo bastante malo, en un momento en que la inflación comenzaba a repuntar», justifica. Harris insiste en que, desde entonces, el objetivo de todos los funcionarios de la Fed ha sido no repetir dicho error garrafal.

Fuente: eleconomista.es